¡Hola!
Organizar una familia puede ser todo un reto, ¿verdad?. Nunca hubiera pensado que un desastre caótico y vago como yo llegaría a ser capaz de llevar una familia de 6 personas, 1 perro y un periquito. Pero aquí estoy, compartiendo mis progresos por internet en este blog, intentando ayudar a otras personas con todo lo que he aprendido a lo largo de estos años. Sin embargo creo que para entender de qué va todo, necesito presentarme primero y explicarte un poco sobre mí.
¿Quién soy?
Me llamo Jennifer – Jenny para los amigos. Nací en Alemania y a los 5 años mis padres se mudaron a España. Vivo en Cataluña. Acabé el bachillerato e hice 1 año de carrera – Comercio internacional – hasta que me di cuenta de que estudiar no era lo mío. Aparqué los estudios y me puse a trabajar mientras me sacaba títulos de inglés, contabilidad y finanzas. Nunca he trabajado en ninguno de los 3 oficios. Mis trabajos han sido siempre dedicados al turismo o a la secretaría.
En 2009 Papa retro y yo abrimos una tienda de informática en nuestro pueblo. Jugar y trabajar eran en aquella época nuestra prioridad. También quedábamos con amigos, participábamos en eventos del pueblo e incluso organizábamos los carnavales. No todo era ordenadores.
En todos nuestros ratos libres, Paparetro y yo estábamos sentados frente al ordenador jugando en línea con otros jugadores. Era algo que nos gustaba. Tanto que incluso quedamos algunas veces a 150 Km de casa para conocer a nuestros amigos del juego.
En esa época compraba cada día lo que se nos ocurría para comer en ese momento, no miraba precios y compraba un montón de cosas que en realidad no necesitaba. Era de horóscopo Hámster como lo llama mi madre. No era consciente de nuestra economía. Ni un poquito.
Vivíamos al día como el 95% de los jóvenes de esa edad.
Mirando nuestra economía un día Paparetro y yo decidimos casarnos. Llevábamos muchos años juntos ya – desde mis 16 – y era un buen momento para dar el paso y formalizar nuestra relación. Me puse manos a la obra haciendo listas de invitados, buscando restaurantes, solicitando documentación… Y luego vino la sorpresa.
Me empecé a sentir extraña; mi cuerpo no hacía lo que estaba acostumbrada de él. Fui al médico que dijo que era una gripe. Después de una semana de estar tumbada en el sofá con dolor de espalda, cansancio y mal estar general, llamé al servicio médico telefónico de nuestra mutua. La chica del teléfono tras escuchar mis síntomas solo tuvo una respuesta. Haz un test de embarazo.
DE JUGADORA DE WORLD OF WARCRAFT A MADRE
Resultó que tenía razón. El test dio positivo y en aquel momento no supe si llorar o reír. Todavía no me veía como madre. Aún menos con el estilo de vida que llevábamos. Era un completo desastre; no me gustaba cocinar, la limpieza de la casa la hacía una vez por semana y el orden era algo ajeno. Tenía planes de casarme primero, ahorrar para un viaje a Japón, acababa de empezar a buscar un rincón de mi tiempo para aprender a tocar la guitarra… No tenía la cabeza para un bebé. Tampoco tenía la responsabilidad. ¿Y cuánto dicen que cuesta un bebe?
Aunque yo estuviera en shock, Paparetro estaba feliz. Fui a pedir cita a la ginecóloga para la misma semana y cuando tuve la certeza de que en mi vientre estaba creciendo un bebé, me armé de valor para contárselo a mis padres. Cuando le puse la ecografía sobre la mesa a mi madre, me acuerdo de que yo tenía lágrimas en los ojos y esperaba un gran disgusto. Supongo que pensaba que ella tendría los mismos pensamientos que yo; no estaba lista para ser responsable de alguien cuando mi propia vida era un caos de este tipo. Pero la respuesta de mi madre fue todo lo contrario. Se emocionó muchísimo. Algo que no había visto en ella muy a menudo.
Después de eso mis propias emociones sobre el embarazo cambiaron. Me di cuenta de que si se espera el momento perfecto, nunca se hacen las cosas. Aquella había sido la forma ideal para formar una familia. De imprevisto, sin rodeos de cabeza ni tensiones por quedar embarazada (algo que hubiera pasado seguro con mi historial de problemas de ovarios).
Así que, quedé en pleno síndrome del nido a las pocas semanas de embarazo. Empecé a buscar por internet todos los consejos que podía conseguir sobre la maternidad. Estaba tan verde en todo. No tenía ni idea de como funcionaba nada. Incluso pensaba que por pellizcarme demasiado fuerte la tripa podía hacer daño al bebé. Te lo cuento para que veas que realmente era una niña todavía.
Así empecé mi viaje a mi actual yo.
Después del primero – que fue un reto enorme en cuanto a paciencia y cambios – no esperamos demasiado en tener al segundo bebé. Un año y medio más tarde nació nuestra pequeña. Ahora tenía que espabilarme para salir adelante con 2 bebés tan pequeños en edades de mucha atención. Necesitaba toda la información necesaria para ser capaz de hacerlo yo sola sin deshacerme por el camino. Y lo conseguí. Me salía mejor con 2 niños que solo con 1.
La salud vista desde otra perspectiva
Después de dos embarazos tan seguidos mi cuerpo quedó bastante destrozado. A los 27 años tenía las rodillas muy mal (necesitaría una operación, pero tenía que esperarme a pasar de los 30), mi peso estaba a 10 Kg por sobre de mi peso habitual, tenía alergias y picores por todo el cuerpo y mis caderas parecían salirse de sitio en cada paso que daba.
Fui a ver una amiga osteópata que me recomendó dejar los lácteos de vaca y el gluten para desinflamar el cuerpo. A los pocos meses estaba completamente recuperada de todas mis dolencias. Y así hasta día de hoy.
A nuestra pequeña empezaron a salirle ronchas en la piel. Fuimos al dermatólogo y este nos recomendó unas 5 pomadas, cada una de ellas por encima de 10€. En ver eso decidí preguntar a mi amiga que me recomendó la misma dieta para la pequeña; sin gluten ni lácteos. Y no tuvo más piel atópica desde entonces (nació en 2014 y eso era más o menos a finales de 2015).
Fueron para mí 2 momentos importantes para darme cuenta de que la salud no va de medicina. Va de todo lo que metemos en el y lo que hacemos con él. Empecé haciendo pan casero, cocinando desde cero la mayoría de las recetas y a interesarme por cultivar nuestra comida en un mini huerto.
Vivir con menos
Decidimos tener otro bebé. Tener una familia numerosa era algo que siempre había estado en mi subconsciente. Quedé embarazada con una niña que nos dio un susto a las 31 semanas de embarazo. Empecé a sangrar una mañana. Pasé la noche en el hospital. Diagnóstico: placenta baja. Me condenaron un mes a estar quieta. Un horror para toda la familia; negocio, 2 bebés de 3 y año y medio y una casa quedaban en manos de mi entorno. A las pocas semanas decidimos dejar el negocio informático por motivos de salud de Paparetro y se fue a trabajar por cuenta ajena. Eso redujo nuestros ingresos por la mitad y aumentó mi estrés al triple. ¿Cómo haríamos eso con 3 niños a cargo?
Aparte de dar vueltas a nuestra situación, esa época de quietud me dio mucho tiempo para rodear internet. Y encontré mi motivación. Descubrí mi entusiasmo por el ahorro, leí el libro de Mari Kondo y cómo tener más con menos. En cuanto me dejaron levantar de la cama me puse en marcha. Con tripa de 9 meses y 2 bebés colgando de la falda intenté organizar nuestro hogar para ser más eficiente y poder yo sola con 3 niños y pocos recursos.
Acabé dando a luz sin cesárea y en cuanto salí del hospital continué con mi afán por organizar mi familia de la forma más sencilla posible. Apliqué las teorías de Marie Kondo y me deshice de unas 20 bolsas de basura de ropa más unas 30 bolsas de trastos y cosas que no tenían función alguna en mi vida. Fue una experiencia muy liberadora. Nunca más quiero volver al modo hámster como antes. Él menos es más es totalmente cierto y la libertad que conseguí con ello no lo paga ningún dinero del mundo.
Completando la familia
En todos mis embarazos, los bebés decidieron ser del sexo opuesto al que yo quería. Primero quise una niña y tuve un niño. Después tenía en mente tener otro niño y me salieron 2 niñas. Y tras tener el tercer bebé, vi que siempre quedarían en un 2 contra 1 en todas las situaciones y no me parecía justo. Así que decidimos ir a por el cuarto bebé.
Los 3 hermanos estaban de acuerdo en que este sería un niño porque si no no quedaba justo (y en ese momento tenían 5, 4 y 2 años) Y así fue. Nació nuestro último hijo cumpliendo su predicción.
Y aquí es donde seguimos.
Somos una gran familia, llena de risas, diversión, amor, enfados y gritos. Y al mando de todo lo organizativo y de necesidades básicas estoy yo. El que trae el pan a casa es Paparetro. Me siento como la CEO de una empresa llamada familia. Gestiono la economía, la producción de comida, la gestión de transportes, los eventos especiales, soy la médico de la familia y la jueza en muchas ocasiones.
Ser madre no es fácil, pero es algo que llena muchísimo. Se puede aprender de cada situación y cada problema. Pero para no sufrir la maternidad hay que tener la mentalidad correcta.
Mamaretro
Tras mi mes en paro, antes de nacer la tercera terremoto de la casa, después de leer blogs y blogs sobre todo lo que me interesaba en el momento, decidí que yo también quería tener un blog. Mi primer intento se llamó mamakaos y a día de hoy tengo los videos de YouTube de aquellos momentos. Unos años más tarde vi que mi camino iba más al estilo de vida de nuestras abuelas y fue cuando me mudé a mamaretro. Y aquí sigo. Escribiendo sobre lo que encuentro útil en nuestro día a día para que otras madres puedan encontrar soluciones a los mismos problemas que me encaré yo en su momento.
Espero que encuentres información útil en este pequeño rincón de internet al que me dedico, que te ayude a mejorar tu vida en familia y a vivir una vida más completa y feliz.
Vive el momento.
¡Un fuerte abrazo!
Jenny
Hola! Soy Jenny
Soy madre de 4 niños, un perro y un periquito.
Me encanta aprender sobre finanzas, minimalismo, organización y un estilo de vida tranquilo y clásico. Intento llevar una vida similar a la de antes, donde todo era lento y el amor por la vida estaba en los detalles.
¿Quieres saber cómo ha sido llegar hasta aquí? Lee más sobre mí historia.
¿Quieres contactar conmigo?Siempre puedes hacerlo mandando un mail a hola@mamaretro.com