Hay problemas que sabemos que existen, pero de los que no somos conscientes. Uno de ellos es el tiempo que pasamos delante de la pantalla de nuestro móvil – aka smartphone. ¿Te has fijado alguna vez? Yo sabía que pasaba mucho tiempo, pero nunca hubiera imaginado cuanto era en realidad.
Los móviles tienen muchísimas herramientas muy útiles y el tiempo que pasamos delante de ellos excesivo. Ya no es práctico, nos separa de lo que es vivir.
Llegó un momento durante el encierro de Covid, que me di cuenta de que, cada vez que el móvil emitía un sonido, iba corriendo a mirar el porqué. Y eso era continuamente: mails de suscripción de dos correos electrónicos (y eso que ya soy minimalista en ese sentido), grupos de WhatsApp de 4 niños, mensajes de la escuela, alarmas de bloques de tiempo y un largo etcétera que será mejor dejar aquí. Y lo peor es que la mayoría de las notificaciones, después de ver para qué eran, ¡las ignoraba!.
Así fue como llegué a la conclusión de que ya no tenía yo el control sobre el móvil, sino él sobre mí. Era un perro que acudía al silbido de su amo. Una imagen que me costó quitar de mi mente. Y ahí puse en marcha mi plan para volver a ser dueña de mi tiempo y mis reacciones.
El plan
Tengo que confesar que los primeros días nunca me cuesta llevar a cabo esos cambios drásticos en mis hábitos. El problema es después de unas 3 semanas. Pero eso ya es algo personal de cada uno resistir a las tentaciones y volver a aplicar las soluciones que doy a continuación.
Tu tiempo tiene valor
¿Si tuvieras que pagar 10 euros por utilizar el móvil durante una hora, lo utilizarías igual? No, ¿verdad? Algo que me hace dejar el móvil cuando estoy en plena fase «adictiva» es pensar que con ese tiempo podría estar ganando dinero o al menos algún conocimiento.
Es el momento ideal para aprender a tocar un instrumento, hacer el ejercicio físico que tanto intento evitar o pelearme con ese armario que tanto espera ser ordenado.
No digo que no te merezcas un tiempo de descanso, pero tampoco hay que pasarse con los descansos. ¡No te conformes! ¡Puedes conseguir lo que te propongas! Tu tiempo tiene valor, aún más cuando decides invertir ese tiempo perdido en algo productivo como un ingreso extra. ¿Lo habías pensado?
Y aunque no hagas nada productivo económicamente o intelectualmente, pasar más tiempo con seres queridos; tus padres, tus hijos o con tu pareja es algo de valor incalculable. Cuando me reúno con otras personas, el móvil solo debería existir para hacer fotos. Nada más.
Desactiva notificaciones
La parte mental de todo el proceso es muy importante, pero también hay que dar algún paso digital o físico. El primer remedio para librarme de mí «amo» fue desactivar las notificaciones. Paré la sincronización de Gmail, desactivé las notificaciones de WhatsApp y paré las de YouTube.
Puede que ahora pienses que los correos electrónicos son urgentes o que los WhatsApp hay que leerlos de inmediato. ¡Error! Nos hemos acostumbrado a ver las cosas como urgentes, y hemos activado esa etiqueta en todo lo que hacemos en nuestro día a día. Vivimos en la era del «tiene que ser para ayer» «hay que hacerlo ya» y «es urgente». Cuando te detienes un segundo y piensas en ello, la mayoría de cosas ni lo son ni lo merecen ser.
Los correos electrónicos del trabajo los verás en horas de trabajo, no? y los correos electrónicos personales, habitualmente pueden esperar unas horas. No digo que no mires nunca los correos – como verás más abajo simplemente se trata de adjudicarle un horario.
Para los WhatsApp hay la posibilidad de desactivar todas las notificaciones y solo activar los contactos que realmente necesitas leer de inmediato. En mi caso tengo activado un grupo familiar y los mensajes de mi pareja que son los que de verdad me interesan y tienen cierta prioridad. Los demás los tengo silenciados y solo los leo cuando yo decido dedicarle mi tiempo.
Eliminar aplicaciones
Antes de hacer mi «detox tecnológico» ya era de tener pocas aplicaciones, pero las que tenía instaladas las utilizaba a menudo; Pinterest, Youtube…
Un gran paso para deshacerme de mi adicción fue eliminando todas las aplicaciones que no eran estrictamente necesarias. Eliminé Pinterest, YouTube, Amazon Video, Viki, Música y otras aplicaciones que me daban una excusa para tener el móvil en mano. Ahora solo me quedan las de mensajería, el dropbox y el afinador de guitarra (aparte de las que no permite desinstalar). Adiós a las tentaciones, adiós al móvil en mano, adiós al tiempo perdido.
Contabilizar el tiempo
Hasta que no tenemos una referencia es difícil saber realmente el tiempo que le dedicamos a ese dispositivo tan práctico. Es difícil sobre todo porque perdemos la sensación de tiempo, porque es de fácil acceso y porque siempre queremos y esperamos más de ello. Para realmente ser capaz de controlar el tiempo que pasas con el móvil necesitas saber cuánto lo utilizas. ¡Para eso hay un sinfín de aplicaciones! Yo utilizo Stayfree y me va bastante bien. Tiene estadísticas y todo tipo de informaciones adicionales útiles cuando estás intentando descubrir qué es lo que te roba el tiempo.
Pensaba que era poco el tiempo que pasaba (desinstaladas ya todas las aplicaciones de vídeo), pero resultó ser peor de lo que imaginaba. Solo leyendo las noticias y comentarios podía pasar 45 minutos. ¡45 MINUTOS! Y no precisamente en las noticias importantes: cualquier link de cualquier otra cosa lleva a un laberinto de información del que es difícil desprenderse. Poco me cuesta lanzarme a investigar datos e informaciones. Lo que para mí las noticias, para ti pueden ser redes sociales.
Al final del día acabas con 2 horas de tu tiempo lanzadas al móvil. Y con 2 horas puede que me quede poco según para qué lo utilices.
Una app te dará un valor que podrás relacionar y unos datos específicos de las aplicaciones que más estás utilizando. Eso te servirá para controlarte y entender qué es lo que tanto te atrae a ese dispositivo.
Instantes de control
Al desactivar las notificaciones puede que te olvides de mirar mensajes y otros medios de comunicación. Pero nada habla de no hacerlo nunca. Lo ideal es adjudicar un tiempo instantáneo a ello. Destina a ello 5 minutos al final de un bloque de tiempo o un horario específico.
En mi caso, por ejemplo, miro el correo electrónico al mediodía cuando pongo a dormir al peque para la siesta, solo una vez al día. Los WhatsApp los miro al final de cada bloque de tiempo. 30 segundos mirar, 2 minutos para contestar, nada más.
Redes sociales sí, pero a tiempo limitado
No voy a entrar en el debate de sí las redes sociales son buenas o malas. Son neutras y su bondad o maldad dependerá del uso que hagamos de ellas. Para mí no entran demasiado en la filosofía de vivir una vida lenta, pero tampoco quiero prescindir del todo de ellas porque aprendo muchísimos trucos.
Yo no las tengo instaladas en mi móvil porque no soy muy fan de ellas, pero hay épocas en las que sí me interesan (sobre todo cuando tengo algún problemilla en casa para solucionar) y en las que me puedo perder en ellas durante horas (en Pinterest el día entero).
Se puede encontrar un compromiso en ellas destinando un tiempo diario. En mi caso está entre 15 y 30 minutos. Parecerá mucho, pero una vez tengas instalada una aplicación de contar el tiempo pasado en aplicaciones, verás que es un tiempo bastante reducido. Y aquí incluyo YouTube, Pinterest, Facebook, Instagram y Twitter. Me obligo a decidirme por una de ellas e invierto ese tiempo. Me lo permito, pero limitado.
Si no te crees con suficiente fuerza de voluntad, existen aplicaciones para limitarlo.
Móvil fuera de la habitación
Mi móvil ha sido, durante mucho tiempo, la distracción principal en horas de insomnio. ¿Cuántas veces has leído que la luz azul de las pantallas engaña al cerebro y nos despeja?. Algo que hace meses llevo haciendo es dejar el móvil fuera de nuestra habitación. No solo evito su distracción y en muchas ocasiones me puedo volver a dormir, sino que también evito todo tipo de radiaciones dentro de la habitación que intervienen en un descanso óptimo. Además, al no tenerlo cerca cuando me despierto, estoy mucho más tiempo sin pensar en el móvil y sin consultarlo (cuando está Paparetro en casa puede que no lo consulte hasta el mediodía)
Nunca encima de la mesa
Como ya he comentado antes, cuando tenemos comidas en familia o con amigos, intento no tener el móvil encima de la mesa. Lo tengo detrás de mi, en la silla, o guardado en el bolso. Lo tengo cerca para utilizarlo como cámara o para mirar alguna cosa que me manden durante la conversación.
Lo hago, primero para evitar estar al máximo en la conversación y segundo a raíz de una charla TED que vi en internet. En ella su autor comentaba que tener el móvil encima de la mesa era una amenaza inconsciente a nuestra compañía. Daba la señal que el móvil tenía nuestra atención porqué, aunque no fuera el caso, al sonar tendría prioridad. Desde entonces el móvil ha desaparecido. Quiero que, los que estén conmigo, sepan que estoy por ellos. No soy perfecta, a veces también peco, pero me esfuerzo en no hacerlo.
Reducir excusas
En ocasiones, tenemos el buen propósito de utilizar el móvil para escuchar música, meditaciones o para leer un libro. Eso son excusas. Porque al final aunque hagas lo que te has propuesto, es muy probable que te desvíes a hablar con alguien por WhatsApp o a mirar ese video rápido que te aparece en sugeridos.
¡Malo! Lo mejor que puedes hacer es extraer esas distracciones en otros dispositivos. Quizás sigas con ese MP3 que tenías hace unos años y que dejaste de lado a la que llegaron los smartphones. Carga ahí tu música o tus meditaciones y no tendrás que recorrer al móvil. En vez de leer los libros en el Smartphone, que te dañan la vista, mejor ve a la biblioteca a prestar un libro en papel o cárgalo en un ebook que es mejor instrumento para leer. Cómprate un despertador económico para no utilizar el móvil a primera hora de la mañana.
Esto son algunos ejemplos. Seguro que puedes solucionar tus momentos de excusas con otras alternativas.
Tecnología sí pero bajo control
Con estas pequeñas medidas me resulta más fácil regular mi uso del móvil. No digo que no siga cayendo en las tentaciones y quizás me pase 2 días seguidos 6 horas delante de la pantalla. Pero sí me da la posibilidad de ver porqué y dónde estoy fallando. Me permite entender porqué los niños aquel día están más insoportables. No son ellos. Soy yo con mi actitud delante de la pantalla.
Hola! Soy Jenny
Soy madre de 4 niños, un perro y un periquito.
Me encanta aprender sobre finanzas, minimalismo, organización y un estilo de vida tranquilo y clásico. Intento llevar una vida similar a la de antes, donde todo era lento y el amor por la vida estaba en los detalles.
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1 comentario en «¿Tu móvil te controla? Descubre como reducir tu tiempo de pantalla»