Si tienes una chimenea cerrada con ventana de cristal, no puedes perderte el truco que quiero compartir contigo en esta entrada. Limpiar ese cristal negro y quemado de la chimenea se convertirá de una tarea laboriosa en una tarea superfácil.
Hemos cambiado de hogar, y ahora tenemos chimenea. Y nos encanta usarla. A los niños les gusta tanto que han cambiado la frase de «mama, podemos ver la tele» por «¡mama! ¿Encendemos hoy la chimenea?». Y eso es todo un logro.
Les gusta animar al fuego cuando lo encendemos, tirar piñas y troncos cuando no queda más que brasas y observar el espectáculo de las llamas. Nos sentamos delante de la chimenea, cada uno con su distracción pero juntos y se para el mundo.
A mí personalmente me entusiasma el fuego. Parece un ser vivo propio y me quedo empanada con los juegos de luz y llamas que crea. No hay nada mejor que sentarme delante con un buen libro y rodeada de mi familia. ¿No crees?
Se nota bastante la diferencia, la verdad, entre acabar el día con la TV o en compañía del fuego. Los niños están mucho más tranquilos, hay menos lloriqueos y se respira calma. Trabajan juntos en un puzzle de 1000 piezas, pintan, juegan, leen o se peinan delante del calor mientras van hablando y comentando cada uno lo suyo. Según como se quedan dormidos, acurrucados en el sofá mientras observan las llamas. ¿Qué más se puede pedir?
Incluso el perro está contento. Muy a mi pesar le encanta robarnos las piñas de las cestas, comerse las ramitas que se pierden por el camino y dejarlo todo hecho añicos repartido por el salón. Pero también le encanta acomodarse cerca de la chimenea. Tanto que se tumba en las posiciones más relajadas -de esas con la barriga arriba es su favorita.
Ha sido una ganancia para todos nosotros. Realmente lo disfrutamos mucho
Pero al día siguiente toca limpiar
Y eso es un poco la parte fea de todo, aunque ahora ya no me moleste tanto. Primero por el truco que te voy a contar en poco y segundo, porque el mayor, de forma voluntaria, ya se ocupa de limpiar las cenizas y los restos.
Limpiar las cenizas no tiene mucho secreto. Mover los restos, dejar caer la ceniza en el cajón y verterlo en nuestra caja de compostaje. Eso sí, siempre y cuando esté la ceniza y el fuego frío, que si no hay incendios involuntarios.
Mis progresos limpiando el cristal de la chimenea
La parte que me toca a mí y que hasta hace poco me parecía una tortura es limpiar el cristal de la chimenea. La primera vez tardé como media hora para hacer una pequeña esquina que había quedado completamente negra. No conseguí limpiarlo ni con un líquido «tóxico» especial para cristales de chimenea que tenía mi madre. Como no había forma de limpiarlo, lo dejé con la esquina negra.
2 o 3 fuegos más tarde, descubrí que la propia ceniza de la hoguera sirve para limpiarlo, junto con el papel de diario. Eso ayudó un poco, pero todavía no estaba del todo satisfecha. Seguía con dolor de brazo al acabar de limpiar.
Y luego vino la gran iluminación. Decidí probar con ceniza y carbonato de sodio. Y le di en el clavo. Limpia la incrustación negra con una facilidad sorprendente, y ya no tardo más que 5 minutos en limpiar el cristal. ¡Además no es nada químico ni tóxico!
El truco definitivo para limpiar el cristal de la chimenea.
Para limpiar el cristal de la chimenea de forma eficaz necesitarás poca cosa.
- Papel de diario
- 1/2 l de agua
- 1/2 Cucharada de carbonato de sodio
- Cenizas
Procedimiento
Siempre que trabajes con carbonato de sodio, es recomendable usar guantes. Yo habitualmente no uso, pero porque no entro en contacto, ni con el polvo ni con el líquido. Pero te dejo aquí el consejo para que lo sepas.
- Primero deberás mezclar la 1/2 cucharada de carbonato de sodio con el 1/2 l de agua hasta que esté completamente disuelto.
- Ahora haz una bola con el papel de diario y remoja una parte en las cenizas.
- Con el papel mojado reboza la parte húmeda en las cenizas.
- Y friega el cristal negro con ello.
- Puedes quitar los restos de suciedad con un papel de diario seco y repasar con un paño húmedo.
Si notas que el papel y las cenizas quedan muy secas, vuelve a repetir el proceso y sigue limpiando.
Notarás una diferencia considerable. A mí me relaja y todo, ver como el cristal vuelve a su estado transparente habitual sin tener que rascar tantas veces por la misma zona como hacía antes de este truco.
¿No tienes carbonato de sodio?
No te preocupes, quizás no tengas carbonato de sodio a mano, pero sí tendrás a mano bicarbonato. Con ello podrás hacer carbonato de sodio en casa sin problemas.
¿Qué te parece?
Si tienes una chimenea cerrada como la nuestra, tienes que probar el truco y contarme tu experiencia. Es todo un descubrimiento.
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Hola! Soy Jenny
Soy madre de 4 niños, un perro y un periquito.
Me encanta aprender sobre finanzas, minimalismo, organización y un estilo de vida tranquilo y clásico. Intento llevar una vida similar a la de antes, donde todo era lento y el amor por la vida estaba en los detalles.
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