Si hay algo en lo que realmente llego a perder mucho tiempo, son las tareas del hogar. Lavar la ropa, recoger, fregar, hacer las camas, vaciar la basura, limpiar la bañera… Es algo que nunca acaba y que, cuando creo que lo he logrado puedo volver a empezar de 0. Mejor hacerlo con sistema creando una rutina de limpieza, ¿no crees?
En casa las tareas son compartidas. Paparetro hace sus raciones diarias ayudando a recoger detrás de los niños o fregando los cachivaches después de comer, y los niños se van añadiendo con pequeñas tareas a medida que van creciendo.
Aun así, la mayor parte de las tareas me tocan a mí; limpiar el baño, las habitaciones, los armarios, nevera y despensa, hacer la colada… Ya sabes, esa lista infinita.
Hace un tiempo lo hacía todo en un día. Sinceramente? Para mí no era la mejor solución. Sí, podía hacer más o menos el vago durante la semana, pero los sábados por la mañana me los pasaba correteando toda la casa con mopa y plumero en mano y desaprovechando ese tiempo libre que tanto apreciamos juntos.
Así que busqué soluciones en internet. Y… ¡Ahí estaba! ¡Tener una rutina de limpieza! La mayoría de información que encontré incluía listas pre-hechas por las blogueras por lo que no acababan de ajustarse a mis necesidades, pero al final conseguí crear mi propio método de creación de rutina.
Porqué crear una rutina de limpieza
Sobretodo siendo alguien con tiempo limitado, crear una rutina me da más libertad a cambio de un poco de fuerza de voluntad al principio. Ahora que ya estoy acostumbrada a dedicar esos 30 minutos al día a mi rutina, no lo noto y forma parte de mi plan diario de la misma forma que duchar y vestirme.
Creo que la limpieza es como todo lo demás. Si hago las cosas al azar, hago algo, sí, pero nunca de la forma más eficaz. Planificar de antemano puede ser una tarea de 30/60 minutos, y no me salió a la primera – tuve que retocar y adaptar hasta encontrar el balance adecuado- pero ese tiempo que invertí en la preparación lo ahorro en la aplicación. Si te tuviera que contar el porqué necesitas una rutina de limpieza seguramente te daría los siguientes:
8 razones para crear una rutina de limpieza
- Hago el trabajo en «porciones» por lo que no me resulta tan abrumador.
- Creo un hábito, que tengo tan integrado que lo hago en modo auto piloto
- Siempre tengo la casa más o menos al día. No se me acumulan las tareas y no me siento culpable.
- ¡Al tener la casa al día reduzco muchísimo el tiempo que necesito para recogerla!
- Cuido mejor nuestro hogar por lo que conservo mejor nuestras pertenencias. Creo que este paso es de gran importancia, sobretodo porque nuestra casa es nuestro refugio. Si no nos sentimos relajados en casa, ¿Dónde lo haremos?
- No hay más zonas vergonzosas que esconder en casa. ¿Aquella zona que cuando viene alguien a visitarte no le quitas ojo por miedo a que lo descubran? ¿Detrás o en el lateral de la nevera quizás? ¿Debajo de ciertos muebles? (Me has pillado los míos XD)
- Vivir en un ambiente más limpio (no esterilizado) es más sano, sobretodo para gente con alergias.
- Encuentro el equilibrio. Al anotar todas mis tareas y ajustarles una frecuencia (procura no pasarme) encuentro el equilibrio entre necesidad y obligación de hacer las cosas. Veo yo misma cuánto limpiar es necesario para que yo y mi familia estemos a gusto en casa.
El paso a paso
Crear una rutina de limpieza tiene cierta similitud con el proceso de planificar el menú semanal. Así que dominando lo primero esto es un paseo. No requiere más que boli y papel!
Que hago para crear la rutina?
Primero hago una lista con todas las tareas que hay que hacer en casa. Limpiar el horno, las cortinas, las camas, los armarios, las encimeras de la cocina, sacar el polvo, limpiar el wc, la campana extractora de la cocina, las ventanas… Todo lo que me viene en mente. Yo apunto.
Me resulta de gran ayuda hacer la lista por habitaciones. Entro en cada habitación y miro a mi alrededor. ¿Que hago habitualmente para limpiarla?¿Qué creo que me olvido de hacer? En internet (ehem, Pinterest sobretodo) existen muchas listas de tareas necesarias que hacer en el hogar. Artículos completos de zonas de las que nos olvidamos. La lista depende de cada casa, ya que puede que tú tengas un sistema de ventilación o aire acondicionado que necesite mantenimiento que yo, por ejemplo, no tengo. De todos modos, cuanto más completa esté la lista, más limpia estará tu casa
Hago una lista de tareas generales que hay que repetir en cada habitación y una de más concreta para cada una de ellas. Sacar el polvo, pasar el aspirador y fregar es algo que se hace en todas ellas, por ejemplo. Pero limpiar la nevera solo lo hago en la cocina.
Cada cuánto tengo que hacerlo
Ahora tengo que asociar una frecuencia a esas mismas tareas. Tengo labores para hacer a diario, como por ejemplo hacer las camas o poner lavadora y lavavajillas, y tengo tareas que no hay que hacer tan a menudo como limpiar el horno o los armarios.
Mi abanico de tiempos son: tareas diarias, tareas de cada 2-3 días (o 2-3 veces por semana), semanales, cada 2 semanas, mensuales, trimestrales y anuales.
Miro de no abusar de las repeticiones. Soy de pasar de 0 a 100 en 1 día y eso me viene con la etiqueta fracaso en mayúsculas. Al principio de no hacer casi nunca los frontales de la cocina (1 vez al mes, quizás?), quise hacerlos cada 2 o 3 días. Cometí el fallo con 4 o 5 tareas y abandoné mi primera rutina a las 2 semanas. Cuando me paso consigo justo el efecto contrario. Hago poco y aumento a medida que voy cogiendo confianza al tema.
Ahora reparto mis tareas a las distintas frecuencias para no olvidarme ninguna. Intento encontrar un equilibrio. Un compromiso entre yo y mi casa, por así decirlo.
Reiteraciones porcionadas
Una vez tengo delante esos grupos de frecuencia, tengo que repartir las mayores en porciones. ¿A qué me refiero? a que no voy a hacer todas las tareas mensuales la primera semana del mes, ¿no?
Cuando tengo, por ejemplo, unas 8 labores mensuales anotadas, hago 2 mensuales por semana. Así me quedan repartidas a lo largo del mes y no cometo el error de tener días demasiado llenos y otros sin nada que hacer. Si son 6 faenas que hacer cada 2 semanas, hago 3 por semana.
Me vas entendiendo…, ¿ verdad?
Por ese motivo añado una labor más con la definición “X mensuales” y “X cada 2 semanas” (Dónde X es el número de labores que tengo que hacer de ese tipo) a mis tareas semanales para así tenerlas en cuenta en el siguiente apartado y mantener un equilibrio de faenas a hacer.
Repartir estas tareas a lo largo de tu tiempo.
Ahora toca repartir estas labores a lo largo de los días. Para tener un control de qué hacer cuando, tengo varias opciones según cómo me muevo en el momento;
- Uso una aplicación del móvil: Como clean house o chore checklist (ambas creo que solo están en ingles), que a diario me informan de lo que tengo que hacer y me lo harán con la repetición que yo les indico. No necesito acordarme de nada. Simplemente sigo una lista.
- Google calendar me cumple con la función de la misma forma que las anteriores aplicaciones, siempre que indique la frecuencia. Por si no lo sabes, puedes crear distintos calendarios Google en una misma cuenta. Tengo un calendario “de limpieza” o “rutina” en vez de meter toda la rutina en mi calendario habitual. Además podría compartirlo con Paparetro si ese tipo de tareas fueran de los 2.
- Entro manualmente en mi calendario o agenda las tareas. Siendo usuaria de una agenda de mano, a veces no quiero cambiar costumbres. Simplemente agrego mi nueva rutina en mi agenda!. Anoto sobretodo las que son mensuales o trimestrales, ya que son las que más paso por alto por el largo periodo de tiempo entre ellas.
- Hago una lista “to do” plastificada y la cuelgo en algún lugar visible o de fácil acceso. Un tipo de plantilla en el que te aparece toda la información que necesitas saber repartida en frecuencias. Marco lo que he hecho y lo que no con un rotulador para pizarra blanca. En la parte de arriba marco qué periodo comprende.
Las tareas diarias y las semanales
Creo que las tareas diarias merecen un apartado para ellas solas, ya que se distinguen, en mi caso, un poco de las demás.
Siempre que he creado mi rutina las he incluido en la aplicación o en Google calendarios para llegar luego a la conclusión de que a la semana de ver la notificación diaria, la ignoraba directamente. Por ese motivo no anoto esas tareas en mis versiones digitales de rutina.
Estas tareas las reparto a lo largo de mi día en unas rutinas propias (la rutina de mañana y la rutina de noche).
¿Un ejemplo? En mi rutina matutina hago las camas, vacío el lavavajillas, pongo en marcha una lavadora, abro las ventanas por 10 minutos y hago 15 minutos de recogida general. En mi rutina de noche tengo que limpiar las encimeras, poner el lavavajillas, sacar la basura y fregar cocina y comedor. Más adelante procuraré dar una explicación más detallada de estas 2 rutinas, ya que creo que son las que más importancia tienen cuando de orden se trata en nuestro hogar.
En cuanto a las tareas semanales tengo muchas en cada zona de casa. Eso lo aprovecho y dedico un día a la semana a cada zona. Por ejemplo; los lunes me ocupo de las semanales del baño, el martes de la habitación de los niños, miércoles del lavadero…
Cómo aplicar la rutina de limpieza
Ahora que tengo mis tareas repartidas faltará ponerlo en práctica. Yo intento no agobiarme si veo que no funciona a la primera. Todo necesita rodaje y verlo en práctica para ver los errores y corregirlos.
Cuando veo que mi rutina me abruma un poco, reduzco frecuencias para liberar tiempo. Si a medida que pasa el tiempo me voy dando cuenta de más cosas que integrar en mi rutina, las voy añadiendo. Cuando siempre me toca repetir una tarea un poco más larga en los días de menor tiempo, lo cambio. Si tengo tareas que puedo hacer en 2 partes, las adapto. (por ejemplo limpiar el horno. Puedo anotar un día por la noche dejarlo en remojo y al día siguiente la tarea de limpiarlo. Limpiar los cristales, cuando me ocupa demasiado tiempo hacerlos todos en un día, hago la mitad una semana y la otra en la siguiente)
¡Gana la batalla a la suciedad y al desorden!
Durante los embarazos (que me entraba la vaguería total) u otras épocas de grandes cambios ha habido momentos en los que he dejado de lado la rutina de limpieza simplemente por fallar unos días. Para recuperarme en vez de utilizar la rutina anterior, hago una nueva, siguiendo el mismo método, intentando encontrar una combinación mejor para mis nuevas circunstancias (bebés nuevos u horarios distintos). Eso me hace entrar de nuevo en ese entusiasmo de cumplir con mis tareas. ¡Limpiar la casa no es un destino final, es un trayecto que nunca acaba!
Y ahora me digo que…
Siempre es mejor hacer un poquito que no hacer nada!
No intento ser perfecta porque sé que es dónde me llega el fracaso. Solo me creo un estrés innecesario. Con que tenga un poquito más de control, menos desorden y más tiempo para mí ya estoy más que satisfecha. Y si alguien viene a mi casa seguro que encuentra más de una esquina que necesita mejoras, porque como he dicho más arriba no tengo una rutina que estrese mucho, pero no me preocupa en absoluto. Prefiero aprovechar el tiempo con mis hijos o en otras cosas que no sea limpiar. Una vez acabado mi tiempo en vida nadie se preocupará por si tenía la casa de catálogo o no :-).
¡Como siempre, espero que te sirva la información que te dejo aquí, que te ayude en mejorar tu día a día y te animo a que dejes sugerencias y opiniones en los comentarios!
Hola! Soy Jenny
Soy madre de 4 niños, un perro y un periquito.
Me encanta aprender sobre finanzas, minimalismo, organización y un estilo de vida tranquilo y clásico. Intento llevar una vida similar a la de antes, donde todo era lento y el amor por la vida estaba en los detalles.
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