Esta mañana he metido la punta de la nariz en los asuntos de los reyes magos & Co (& Co porque en casa seguimos también tradiciones alemanas demasiado largas de explicar) y casi salgo corriendo por patas. Me encantaría volver atrás en el tiempo y vivir en otra época; esa en la que el catálogo de juguetes no pasaba de las 10 páginas. He cogido de 2 tiendas distintas y… ¡Por Dios! ¡Ahora son del tamaño de la Biblia! Quiero sobrevivir sin estrés esto de comprar regalos de navidad. Para acordarme para el año que viene, dejo anotados esos descubrimientos aquí. Quizás también te ayuden.
La sobrecarga de información
Entrar en una tienda de juguetes es quedar tan abrumado de ofertas que al final del túnel, cuando estás en caja, te preguntan cómo te llamas y al igual les contestas con «Barbie», «Nancy» o «Peppa Pig». Y cada año me pasa igual; no sé si habré hecho y comprado lo correcto. Un año es demasiado, el otro me da la sensación que demasiado poco. Haga lo que haga salgo con dudas.
Te encuentras con pilas de catálogos esperando en la entrada, pasillos tan llenos de cajas que apenas puedes andar y estanterías a rebozar hasta el techo que para coger algo tienes que pedir una grúa. Y no solo eso. En ciertas tiendas de juguetes además te empapan la nariz de un perfume horrible que te nubla los pensamientos, hipnotizándote para que compres más. (no sé si eso último es cierto, pero en las épocas que vivimos no seria nada raro.) Los laberintos de juguetes son comprensibles a la tercera vuelta, pero encontrar algo más concreto ya es otra ciencia a parte, porque cuando sabes qué tipo de juguete quieres comprar no te esperas encontrar 20 versiones distintas del mismo.
Como no solo compro lo que los reyes & Co dejan en casa, sino que también lo que dejan en casa de algunos familiares, hay que comprar más de un regalo por niño. Eso significa que a parte de nuestros requisitos, también tienen que cumplir los requisitos del familiar; tiene que ser algo «superchuli» y dentro de un límite económico. Comprar regalos de navidad para 4 niños de edades y preferencias distintas… ¡Supone un doctorado!
Trucos para comprar regalos de navidad sin estrés
Ir acompañada
Los otros años siempre he ido sola a comprar, más que nada porque Papa Retro siempre trabaja en estas épocas. Este año he tenido la suerte de que tiene vacaciones y me ha acompañado en ese primer paseo por la tienda de juguetes para sufrir un poco en sus propias carnes lo que es el espíritu navideño visto de la perspectiva del esbirro de sus Majestades. ¡Qué diferencia! Tanto para él como para mí. Tener a alguien a quien soltarle los pensamientos en voz alta creo que marcó una gran diferencia. He descartado cosas que creía buenas – y definitivamente no lo eran- he podido delegar decisiones de alta importancia, (cómo la de ¿Ironman o Spiderman?) tenía a quién mandar por algo concreto y un chófer para la cesta.
No comprar los regalos de navidad todos en un solo día
Hemos salido de la tienda con algunas cosas, pero no hemos comprado todo lo necesario para cumplir con la navidad. Pero lo veo muy positivo. ¿Por qué? Aunque eso signifique que quizás tenga que volver, también me ha permitido no comprar compulsivamente. He ido con la idea en mente de que tenía que volver si o sí, y al irnos en coche a casa me he dado cuenta que en realidad no quería más juguetes, al menos por nuestra parte. También me ha permitido coger catálogos que ahora utilizaré como referencia para otros regalos que sean necesarios.
Limitar el tipo de juguetes
Los criterios en cada casa son distintos, pero en la nuestra incluso los reyes deben acatar ciertas normas a la hora de comprar regalos de navidad. Son muy practicas para reducir un poco el contenido de las 210 páginas (en serio, son 210) del catálogo, junto con la clasificación por edad y los límites económicos. Establecer ese tipo de reglas mejoró la calidad de juguetes que tenemos en casa además de reducirlos.
No entran más o desaparecen:
- Armas: pistolas, metralletas y escopetas – no vivimos en épocas de cazador/recolector y no veo utilidad a ese tipo de artefactos.
- Armatostes: juguetes de gran tamaño – tenemos algunas y no tenemos el espacio para guardar más
- Sinónimos: juguetes que ya tenemos pero en otro color – en casa no entran más bebés muñeca ni cochecitos de paseo porque con una por cabeza tienen suficiente.
- Decoraciones: juguetes que no sirven para mucho y solo ocupan espacio como los peluches.
Los juguetes más apreciados
- Consumibles: botes de plastilina, Hama Beads, colores… Siempre se usan, fomentan creatividad y se gastan mucho
- De simulación: doctor, familia, trabajo… Quieren ser mayores y juegan entre ellos. Les relaciona y aprenden a convivir.
- Construcción y multiusos: LEGO, Bunchems… Se utilizan una y otra vez para construir y crear cada vez de cero.
- multijugador: Juegos de mesa, cartas… Les une y les fuerza a saber ganar y perder
- Estrellas de series. Ironman, Elsas y Peppa tienen ciertos pases en según qué tipo de cosas.
Dentro de estos márgenes dejamos que los niños escojan lo que les gusta. Cuando escogen algo que no entra dentro de los márgenes o que no queremos que tengan, simplemente les explico que los reyes magos también hablan conmigo y saben lo que preferimos no tener.
Menos cantidad de juguetes
También intentamos no regalar demasiado nosotros y dejarlos para que los reyes lo dejen en casa de familiares. En casa nos suelen llevar los regalos el 24 lo que en España supongo hace el Papá Noel (en Alemania es el Christkind), y les lleva 1 juguete o tipo de juego, pero varios paquetes con cosas que realmente necesitan o que les irán bien: zapatos, pijamas, material escolar, bolsas o mochilas.
Total, para ellos lo divertido es ver muchos regalos y abrir uno tras otro tras otro a velocidades de la luz. Los niños entran en una especie de trance a la que llevan demasiados paquetes. No se dan cuenta de lo que abren. Cuando vuelven a estar «presentes» con tener un juego con el que entretenerse les basta. Lo aprecian más que si tienen 20 de distintos y no saben por donde empezar o no pueden jugar demasiado tiempo porque ya quieren jugar con el siguiente.
Comprar regalos de navidad que realmente les importen
Por ese motivo me importa mas la calidad que la cantidad. Prefiero juguetes que realmente llenen sus corazoncitos con ilusión que la habitación de trastos. Para poder conseguir ese «juguete de alto valor» tengo que filtrar y saber qué es lo que realmente les gustaría tener. Para ello les limito la selección. Pero.. ¿Cómo?
Muy simple!
Les he dado el catálogo de juguetes (ese que he cogido al salir de la tienda) junto con 5/10 gomets o pegatinas. Estos gomets son los juguetes que les dejo escoger. Ni uno más. Tienen que administrarlos. Como todavía son pequeños no entienden de dinero y aunque lo entendieran, no entenderían que los reyes magos no tienen una gallina de huevos de oro.
Al tener solo esas pocas pegatinas deben priorizar los regalos que de verdad, de verdad les importan. Se acabó lo de tener medio catálogo en su carta y en realidad no querer ninguno de los listados.
Enfocarlo de forma distinta
Lo que no quiero perder de vista es de qué trata en realidad la navidad: de comer todo lo que se pueda antes de entrar de nuevo en la operación Bikini…
Ehm… Y a parte de eso, en pasar tiempo en familia y disfrutar de ese tiempo juntos, que, por muy cutre y típico que suene, es de lo que de verdad debería ir, no solo la navidad sino, cada día de nuestras vidas en todas las casas. Como la velocidad de nuestras vidas se lleva gran parte de esa forma de estar presente, al menos quiero dejar que la navidad cumpla su misión.
Y, sin más rodeos ¡Espero que sobrevivas sin traumas los preparativos para estas fiestas!
Hola! Soy Jenny
Soy madre de 4 niños, un perro y un periquito.
Me encanta aprender sobre finanzas, minimalismo, organización y un estilo de vida tranquilo y clásico. Intento llevar una vida similar a la de antes, donde todo era lento y el amor por la vida estaba en los detalles.
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