Esta entrada no es precisamente muy retro que digamos. Porque requiere de algo que utilizamos hoy en día muy a menudo y que viene con esto de la digitalización. Tú misma verás el detalle que puede suponer decorar tu casa con o sin este truco. Te ayudará a hacer de tu hogar un lugar de revista. ¿Te apuntas?
Este tipp lo encontré hace años en Pinterest. En algún rincón de estos escondidos donde solo llegas cuando llevas 3 horas perdida sin destino. Y supongo que entenderás que con 4 hijos ya no tengo tiempo para eso. ¿Quién tendría?
Lo encontré durante mi mes tumbada por problemas en mi tercer embarazo. Me dio mucha rabia porque tuve que esperarme a probar si realmente funcionaba o no, y por supuesto, una vez de nuevo en marcha ya no me acordé del truco. Al final lo acabé utilizando un año más tarde cuando quedé embarazada por cuarta vez, con el síndrome del nido activado a todo gas.
Plantear las preguntas correctas
Para conseguir tu hogar de revista, primero deberías saber qué es lo que realmente quieres conseguir y con qué presupuesto dinerario, temporal y energético puedes contar. Suena lógico, ¿Verdad? Así que, deberías empezar por formularte las siguientes preguntas primero.
¿Qué quieres?
Creo que la clave está en fijarte en lo que realmente te gusta de un hogar de revista de decoración o de las imágenes de Pinterest. Y yo aquí le veo dos factores; el físico (lo que se ve) y el sentimental (lo que se siente).
En mi caso me gusta, por el lado sentimental, la calma y tranquilidad y por el lado físico me atraen la luz, el blanco, los colores naturales y – sobre todo – las plantas.
Te sugiero que te hagas un tablero en Pinterest y hagas una búsqueda de todas las imágenes que te gusten o que podrían formar parte de tu casa ideal. Pero no te rijas solo por lo que está dentro de tus posibilidades de espacio o dinero. Haz una búsqueda general de estilos, decoraciones y emociones para descubrir qué es lo que te transmite sentimientos positivos. Una vez satisfecha con tu búsqueda intenta encontrar qué es lo que tienen en común. ¿Qué sientes cuando las miras? ¿Qué te gustaría conseguir al tener un hogar con ese rincón o esa habitación? ¿Estás sintiendo algo similar en cada una de ellas? o quizás ¿Sabes ya qué es lo que quieres sentir en tu hogar? ¿Si tomas distancia de las imágenes y las miras como algo global, qué tienen en común todas ellas?
Este proceso es algo necesario, más que nada, para que tú tengas claro qué es lo que realmente buscas para tu hogar. Una vez establecido esto, ya tienes media meta preparada. Sin embargo… ¿A quién no le gusta pasar horas en Pinterest buscando inspiración?
¿Y si tengo pareja? ¿Y si vivo con amigos?
Puede que no vivas solo o que en este tipo de decisiones tu pareja también quiere aportar su parte.
Entonces haced el proceso cada uno por su lado y juntaros a ver qué es lo que os gusta a todos o como podéis combinar todas vuestras preferencias. Aquí entran a formar parte la negociación y colaboración entre vosotros. Me imagino que pueden salir ideas muy originales cuando combinas las ideas de varias personas a la vez. Puede ser un proceso muy emocionante. ¿Cómo lo ves?
En nuestra casa soy la parte creativa y Papa retro es la mano activa. Siempre suele ser el mismo proceso. A mí me entran las ganas de cambiar cosas y se las voy proponiendo. Él me va afirmando o corrigiendo según su parecer. No obstante en su mayoría le parecen bien los cambios e ideas propuestas y no tardamos en aplicarlas.
¿Qué hay que cambiar? El truco clave
Ahora, con lista en mano de lo que realmente te gusta, necesitas saber qué es lo que echas de menos en tu espacio a modificar. Una forma de hacerlo es sentarte en la habitación y detenidamente observar qué es lo que falla. La otra forma de hacerlo es el mejor truco de decoración que he leído por ahí.
¡HAZLE UNA FOTO! ¿Menuda chorrada? Puede! pero en una foto siempre se ve con más claridad qué es lo que realmente está fallando en tu espacio. Supongo que, porque lo ves a través de los «ojos» de la cámara y puedes compararlo con lo que a ti, habitualmente, más te gusta en las fotos de un hogar de revista y Pinterest. Así que, saca tu móvil y hazle una foto a la parte de la habitación que quieras modificar o incluso a toda la habitación si el móvil te lo permite.
Y ahora sí, te toca sentarte y mirar detenidamente qué es lo que te molesta de la foto. ¿Son los colores de la pared? ¿Es la posición de los muebles? Fíjate si la luz que entra se aprecia o queda apagada. Observa y escucha qué te dice tu mente.
Hazlo, si puedes, durante varios días (así no dependerá tanto de humores ni emociones y será algo más neutro) y una vez ubicados los defectos, ponte en marcha de nuevo buscándoles solución. Hay infinidad de decoradores de interior y personas de buen gusto que tienen blogs y cuentas de Instagram donde dan las soluciones para todo tipo de problemas de interiorismo. Así que yo, aficionada en mi casa, en eso no me voy a meter. Sobre todo porque para gustos hay colores y cada uno en su casa tiene que sentirse a gusto acorde a sus propias preferencias. ¿Verdad?
¿Qué tienes?
Ahora que sabes qué quieres y qué parte de tu espacio quieres cambiar, solo falta ponerte en marcha. Para ello necesitarás saber qué tienes a disposición o como puedes conseguir lo que te falta.
Yo te sugiero que no te aferres mucho a las imágenes que has estado buscando en la primera parte. ¿Por qué no? La idea es crear un espacio tuyo. A mí me gusta jugar con todo lo que tengo a mano y en los últimos años no me ha hecho falta comprar nada. Muchas veces los cambios necesarios se consiguen con modificaciones mínimas como la pintura o cambiar de sitio ciertos muebles.
Mira primero qué tienes y si realmente es necesario tirar la casa por la ventana. Puede que comprar eso «ideal» no sea la mejor solución cuando tienes algo parecido que creará un efecto similar. No busques la perfección. A veces nos perdemos en su búsqueda y descuidamos la esencia de otros valores. Con un poco de tu propia creatividad serás capaz de hacer algo único y mucho más personal. ¿No lo ves mucho más interesante?
Mis patrones
No puedo resistirme a la tentación de hacer de sabelotodo y darte MIS impresiones a la hora de mirar MIS fotos. Porque al ir aplicando este método en los últimos años he ido descubriendo MIS valores y se han mantenido bastante constantes por lo que he podido comprobar.
Voy a compartirlos contigo, no para que apliques MIS valores a TU casa, sino para que veas qué tipo de valores buscar en tus imágenes para sacar TUS conclusiones. ¿Me explico?
En nuestro hogar me fijo mucho en tener:
Superficies despejadas
Veo una habitación cargada cuando hay demasiadas cosas en las superficies y paredes. Me genera estrés visual y me hace sentir incomoda porque me siento forzada a recogerlo. Supongo que vendrá de leer y ver tantos blogs de minimalistas que ahora toda superficie con demasiadas cosas me causa esa emoción. Imagina luchar contra eso con 4 hijos. ¿Lo entiendes verdad?
Por eso para mí es importante tener las superficies despejadas. Aunque, pensándolo bien, seguramente soy la primera en llenarlas de nuevo a lo largo del día. Pero aunque sea mi visión ideal de mi casa, no la hace realidad.
La solución a ese problema de ambiente cargado ha sido muy simple. Lo mejor que he hecho ha sido reducir y encontrar un sitio para las cosas dentro de armarios y cajones. Y con eso no me refiero a llenarlos en modo aleatorio. Todo debe tener su lugar concreto.
Suelos vacíos
Este truco también lo leí hace unos años. Cuantos más trastos tengamos en el suelo más pequeño nos resulta el espacio. El espacio de piso nos da una idea del tamaño de la habitación y de la libertad con la que nos podemos mover.
Además, tener demasiadas cosas en el suelo lo hace más complicado de limpiar. Si hay mucho mueble al que rodear, alfombras que pasar por encima o mesas que limpiar por debajo… molesta. ¿No crees? Cada vez estoy eliminando más muebles inútiles para ganar espacio y con ello tranquilidad mental y pulcritud (que desaparece a los 30 segundos, pero eso es tema a parte).
Blanco en la pared
Unos años atrás me daba por tener las paredes de colores. El comedor era verde y amarillo. La habitación de juguetes era lila. Ambas ya se han convertido en espacios blancos. La habitación de dormir nuestra es amarilla y naranja (y lo seguirá siendo por el momento por tema humedades y pinturas especiales) y la habitación de los niños es turquesa.
El color de pared ideal para mí, ahora mismo, es el blanco. El motivo no lo sé. Puede ser porque da un poco de paz visual cuando hay millones de cosas repartidas por los peques por el piso. Puede que de nuevo sea la idea del minimalismo. O puede ser el contraste con la madera natural y las plantas que tanto me gusta tener en todas las habitaciones. Y ya tengo a punto el siguiente apartado:
Más plantas
Creo que se está convirtiendo en una pasión/obsesión. Para mí todas las habitaciones necesitan plantas. Y no estoy hablando de las de plástico. Plantas de interior de verdad, de esas que son casi como cactus y nunca mueren. Porque no soy capaz de cuidar tantas cosas a la vez (niños, perro, pareja, fermentados y plantas complicadas) soy un desastre con ellas. Además nuestro comedor y cocina dan al norte y no tenemos suficiente luz para la mayoría de las plantas. Por eso tienen que ser resistentes.
No obstante, en mi opinión, las plantas dan un toque cálido a cualquier lugar. Son vida en medio de polvo y trastos. Son aire limpio en muchos casos y son simplemente tranquilizadoras porque te recuerdan que somos seres naturales. Es mi trozo de naturaleza en el interior.
Me gustan.
¡En marcha!
Una vez te hayas decidido qué modificar y estés seguro. Hazlo. No hay nada que siente mejor que una remodelación en el hogar. ¿A que no? Y a veces con una capa de pintura se consigue un cambio radical por poco dinero. Sea en paredes o en muebles.
Eso sí. Cuando ya tengas tu habitación o esquina de la casa reformada, hazle una foto de nuevo. Porque… ¡Sorpresa! Seguro que hay algo que puedes perfeccionar.
El truco funciona
Y si has llegado hasta aquí, déjame decirte que a mi este truco me funciona al 100%. Nunca me acuerdo de hacer fotos del antes de nuestras reformas, pero seguramente con las fotos del después que te he dejado por aquí, podrás reconocer mi afán por las plantas, el blanco y el «menos es más». Si tuviera fotos de hace unos años quedarías boquiabierta porque el estilo ha cambiado por completo. Pero con el truco de la foto el «feeling» está mucho más acertado. Quizás en las reformas futuras sea capaz de acordarme y darte una muestra del antes y él después.
Las imágenes que has visto a lo largo de la entrada son mis ideas de «ideal» con lo que tengo. Espacios que nos transmiten tranquilidad, que nos hacen amar nuestro hogar y que nos inspiran (a algunos más que otros) un poco más a tener el hogar recogido y acogedor para la familia.
No tiene porqué ser de tu agrado lo que yo escojo para nosotros. Pero una vez veas tu propio patrón encontrarás lo que es ideal para ti y para los tuyos y podrás enfocar tu energía a crear realmente aquel hogar con el que sueñas, dentro de tu casa. ¿Te animas?
Ahora te toca a ti. Me gustaría saber tu opinión. ¿Qué te ha parecido el truco? ¿Te ha ayudado? ¿Has podido ver con facilidad dónde estaban los puntos débiles de tu espacio? ¡Déjame tu comentario!
Hola! Soy Jenny
Soy madre de 4 niños, un perro y un periquito.
Me encanta aprender sobre finanzas, minimalismo, organización y un estilo de vida tranquilo y clásico. Intento llevar una vida similar a la de antes, donde todo era lento y el amor por la vida estaba en los detalles.
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